Visión




              Estaba sentado en el colchón de su cama; no podía dormir. Sus ojos viajaron hacia la puerta de su habitación para vislumbrar en ella, con curiosidad, las formas que hacían las sombras sobre su estructura. Desvelado como se encontraba, no pudo evitar sucumbir a la tentación y coger su bloc de dibujo y su lapicero de punta blanda. Tomó una gran bocanada de aire y empezó a dibujar un bosquejo de una inhumana sirena. Tenía una cola enorme, muy larga, y adornada con unas hermosas escamas alargadas y diminutas. Sus ojos reflejaban su carencia de alma y, por tanto, caracterizaban a la perfección lo que era aquel ser retratado.

             Tan ensimismado estaba en su trabajo que no se percató de que alguien tenía los ojos puestos sobre él. Gracias una desconocida y verdosa luz, que se fijó en sus pupilas, pudo darse cuenta de que había algo extraño en su entorno. Aquella noche no era como las otras tantas que estuvo en vela y evocando millares de ideas para sus creaciones artísticas. Esta era diferente; especial a las demás. Se reprendió a sí mismo por no haberse dado cuenta; por tener siempre la vista fijada en sus fantasías y olvidar con frecuencia  su alrededor.

                Aquella luz era avasalladora e imponente. Desconcertado, el chico se dispuso a buscar su foco de procedencia. No lo encontró. Parecía venir de la puerta de entrada de su habitación, no obstante aquello era incoherente: ¿Cómo podía proceder de allí? Un trozo de madera, por sí mismo, no podía emitir luz. Se levantó de la cama y se acercó al resplandor verdoso. Cuando, finalmente, estuvo lo suficientemente próximo como para tocarlo extendió su mano derecha y posó sus temblorosos dedos sobre él. La luz se hizo más brillante, le cegó. Cayó hacia atrás, de espaldas y desorientado.

               Cuando se vio con fuerzas para abrir los ojos se encontró con un rostro que distaba de ser humano. Tenía un cráneo gigantesco y alargado, y su pupila le recordaba a las de los moscardones que se colaban las mañanas de verano por la ventana de su habitación. Quiso moverse y alejarse de aquella imagen que le era tan ajena e incoherente, pero no pudo. Tenía el cuerpo paralizado por lo que creía que era pánico puro; en su más sincera esencia.

                    Aquel ser sonrió con su extraña boca. Era una línea fina, sin labios, que, cuando se abría, se convertía en un agujero enorme de amedrentadora dentadura. El ser le mostró lo que parecía ser un cráneo que se asemejaba bastante a su extravagante cara inhumana. El chico lo tomó entre sus manos sudorosas. Parecía no estar constituido por huesos, sino, por algo blando y semejante al cartílago. Aunque lo más seguro era que estuviera hecho de algo desconocido para la gente del planeta Tierra.

                   Parpadeó e, inesperadamente, su habitación volvió a estar vacía. La única prueba que tenía de aquel suceso fue la extraña calavera, que aún sostenía entre sus inseguras manos. Tembloroso, la depositó sobre el escritorio y esta se hizo ceniza. Habiendo perdido la miserable muestra de lo acaecido, tomó su bloc de dibujo e hizo lo que mejor se le daba, dibujar.



Dibujo realizado por Davido Ahufinger

                          Una vez terminó con su obra pensó que aquella había sido su única creación hecha con la intención de reflejar la realidad. Era una lástima que a ojos de cualquier humano fuera una fantasía. Y así, de este modo, el chico pasó el resto de sus días tratando de demostrar que lo que había vivido era cierto sosteniendo, en todo momento, entre sus manos, aquel grotesco dibujo.


                    Aquí os dejo esta mini historia para compensar mi ausencia. Lo siento mucho, pero la universidad está absorbiendo más tiempo del que creía. Tengo mucho que leer, mucho que estudiar, mucho que mirar. Y a parte, también me gusta tener tiempo de ocio. Así que bueno, el tiempo para estar en el blog se ha reducido considerablemente.

                         Igualmente, me gustaría añadir que no tengo ninguna intención de abandonarlo, ¿okaay? Y bueno, mejor dejo de teclear ya, que me emociono escribiendo.

PD: Soy una chica mala y estoy escribiendo esto en clase. Así que no está revisado. Sorry si hay fallos, más tarde lo corregiré.


1 naufragios:

Laura Ankariva dijo...

Me ha gustado, ha sido algo... diferente, y el último párrafo me ha cautivado, con la ironía impresa que nos muestra la delgada línea que separa la ficción de la realidad, o al menos eso he interpretado yo :)

Te entiendo perfectamente, cada vez es más difícil conseguir tiempo para mantener el blog... Espero que te esté yendo bien en la uni, ya hablaremos guapa <3

 
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