Elfos




              Vivo en un mundo en el que las princesas son todas rubias; con el cabello oxigenado, pajizo, y el cuerpo repleto de silicona. Llevan vestidos feos e insinuantes con los que presumen de estar muy guapas, y en sus ojos reluce un resplandor hermoso los días en los que están de rebajas. Vivo en un mundo en el que los príncipes presumen de ser muy hombres, y consumen drogas. Se pasan horas y horas en busca de conseguir lucir músculos, con su camiseta de tirantes, en el gimnasio.

              Vivo en un mundo en el que te dicen que no eres nadie si no te vuelves princesa o príncipe. Pero a mí no me gustan ellos; no tienen nada que les haga especiales. No obstante, allá donde voy me encuentro con gente que aspira a convertirse en eso, y me duele. No paran de insistir en que mi obligación es ser una princesa con escasos estudios, y con un príncipe al que le guste la cerveza y los partidos de fútbol. Pero yo siempre les respondo que quiero seguir en la universidad para convertirme en escritora y que ese deporte no me gusta; en vez de invertir tiempo en él, preferiría pasar la tarde comiendo tortitas y hablando de cosas banales.

            Vivo en un mundo en el que las personas no paran de repetir que tengo pájaros en la cabeza; que todas mis ilusiones son imposibles y que haga lo que haga terminaré convirtiéndome en ellos, o sea, poniendo los pies en la tierra. Y yo siempre les replico, aun a sabiendas de que no me harán caso, que están equivocados y no hacen más que mancillar a los príncipes y las princesas. Porque, como bien sé, las princesas son mujeres hermosas y luchadoras que no tienen miedo de ser ellas mismas, y los príncipes son hombres tenaces y justos; tolerantes y encantadores. Ellos en realidad son elfos; orgullosos y vanidosos, mentirosos y astutos. A mí no me engañan. 

             Así pues, tendré que sacar mi espada de guerrera y luchar contra ellos. Pero claro, ando a la espera de más gente que, como yo, los haya desenmascarado. Así que ya sabes... Sí, tú: ¿eres lo suficientemente valeroso para acompañarme? Yo, por mi parte, te dejo la puerta abierta.






4 naufragios:

Alba S.D. dijo...

Me encanta, simple y llanamente. Tienes muchísima razón, pero, ¿sabes qué? Pese a que mi cuerpo físico está en ese mismo mundo, en el mundo de las princesas y los príncipes estúpidos, mi mente vive en el mundo mucho mejor que comparto con las mejores personas que existen: los artistas.
Me uno a tu causa: cortemos esa estupidez que nace de la cabeza de los banales humanos, y cabalguemos en nuestras palabras para difundir la verdadera belleza.
Por cierto, ¡no insultes a los pobres elfos! jaja :P
Un beso muy grande, y sigue escribiendo cosas así, me gusta mucho como plasmas la realidad.

Anónimo dijo...

mi arco y mis flechas se unen a tan noble causa ;)

María Ahufinger dijo...

Gracias por tu comentario, Alba. Los artistas y toda la gente de este mundo que no esté ciega desenmascararemos a los falsos príncipes y princesas *-*

Mi mente también está en ese mundo y, desde luego, es un lugar maravilloso ^^

Siento insultar a los elfos; la verdad es que he sido muy cruel con ellos al ponerles ese papel xDD.

Lo mismo te digo a ti; me encanta como escribes. Ya sabes que opino que tienes mucho talento <3

Anónimo, me alegro de que tu arco y flechas se unan a mi causa. Y ya que estamos, también me haría ilusión conocer tu nombre ^^

Un beso a los dos.

dani dijo...

magnifico maria! como siempre jeje me ha encantado esta entrada y la verdad que transmites con ella.

besos! :3

 
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