Selene miró a sus padres, a la gente de su pueblo, de su ciudad, de su planeta... Todos eran iguales; hombres grises sin moral propia, que se regían por un criterio común establecido por las modas y el capitalismo. Selene los detestaba. Se sentía prisionera en una cárcel sin barrotes; en una jaula de corrupción, monotonía y egoísmo. Un horrible lugar regido por el dinero y las ansias de ser aceptado; de que los demás te dieran el aprobado.
Selene tenía muchas ganas de gritar; de exteriorizar fuertemente su ira hacia cómo eran las cosas, y su frustración por no poder hacer nada para cambiarlas. A medida que pasaba el tiempo, el odio de Selene hacia el interés desproporcionado por las modas, el dinero y el «Qué dirán» aumentaba. Estaba cansada de vivir en un universo atestado de semejantes peleles con semejantes aspiraciones.
Selene tenía muchas ganas de llorar, pero aquéllo sería en vano; ¿qué hacer cuando nadie comparte tu manera de ver las cosas?, ¿cuando te hallas cautiva en un mar repleto de circunstancias adversas? Luchar; obviamente Selene debía luchar. Para alcanzar a un ideal correcto debemos, incluso, sudar sangre.
Y sobre todo, pensar que aunque parezca imposible, habrán personas que
estén en la misma situación.
1 naufragios:
Me encanta
&La canción de Manson simplemente le queda genial.
A ver cuando yo vuelvo a escribir algo -.-'
Mientras tanto me seguiré pasando pro aquí ;3
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