jugando con la fina tela que me envuelve.
Me estremezco dejándome llevar por una
gelidez desagradable.
No me gusta el frío;
se siente vacío.
No sé cuánto tiempo llevo sentada en el banco,
esperándote con un vestido fresco de gasa.
El sol amenaza con ocultarse en el horizonte
y ser sustituido por la noche.
Suspiro.
Me habías prometido que vendrías...
...y no estás.
La hora del crepúsculo ha llegado.
.
.
.
Y yo sigo aguardándote en el banco.
1 naufragios:
cuando las promesas no se cumplen , se acumulan como hojas secas después de temporal, y se pudren con el tiempo, y si no las erradicamos, nos alcanza su veneno
besitos de luz
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